martes, 29 de noviembre de 2011

El ritmo de la noche

Efectos del trabajo nocturno sobre la salud



Existen trabajadores cuya jornada laboral se inicia entre las 20 y las 22 hs. Es una minoría casi invisible de miles de trabajadores que se desempeñan en lo que se conoce como trabajo nocturno. Esta modalidad de trabajo produce efectos altamente perjudiciales sobre la salud física y psíquica, ya que altera el ritmo circadiano de las personas.

La inexistencia de estadísticas oficiales hace que esta problemática no vaya a modificarse en un futuro cercano, a pesar de las recomendaciones de la Organización Internacional del trabajo y los estudios científicos que existen al respecto.

El médico rosarino Miguel Angel Tejo trabajó durante veinte años como Jefe de Unidad en numerosos hospitales y clínicas de la ciudad, reconoce que a lo largo de su práctica ha percibido cómo se deteriora el rendimiento físico y psíquico de dichos trabajadores y recomienda que semestralmente se hagan controles para poder nivelar la producción de los neurotransmisores.


Audio completo de la entrevista.


Por su parte, Catalina Frías tiene 37 años, es médica y trabaja en el Hospital de Clínicas de la Ciudad de Buenos Aires, cuenta que trabaja durante las noches desde hace 13 años y define esa condición como “devastadora”.

“Mi trabajo no es de noche exclusivo, son 24, 48 o 72 hs corridas, no tengo la ventaja de terminar la noche e irme a dormir como los guardias de seguridad que hacen sólo noches... todo se desgasta en el caso de ellos por la alteración del ritmo circadiano, en el caso nuestro es que además de alterar el ritmo se suma la incapacidad de recuperarte un poco inmediatamente”

Sobre los efectos concretos sobre su salud explica: “en los primeros cuatro años, siendo aún menor de 30, tenía hechos pelotas varios órganos, tengo hipertensión arterial severa, tengo insomnio (debo regular el sueño con medicamentos), tengo dificultad para concentrarme o lograr eutimia o empatía, tengo alteraciones metabólicas, en fin, a nivel cerebral cae toda la producción de neurotransmisores por el estrés crónico, lo cual acelera el envejecimiento y por ello todos los órganos envejecen más rápidamente”.

El testimonio de otro trabajador entrevistado resulta contundente: Guillermo M. se desempeña como nochero en un estacionamiento del radio céntrico de la ciudad de Rosario.

“Hace tres años y medio que trabajo de noche, y la cantidad de horas es de aproximadamente sesenta semanales, duermo mas o menos unas dos o tres horas de noche y el pago es de unos $ 11 la hora”.

Respecto a su rendimiento, cuenta que necesita dormir por la tarde y no dejar pasar esa rutina porque “con el correr de los días mis fuerzas van cayendo y si dejo pasar un día sin dormir siesta lo noto en los últimos días de la semana, llego al viernes con lo ultimo que me queda y caigo casi desmayado… en lo psíquico, me cuesta leer durante largos periodos, tengo mucha dispersión y llegando al fin de semana me pongo mas intolerante, me olvido de muchas cosas que me dicen por falta de atención, me cuesta escuchar”.

Las estadísticas oficiales brillan por su ausencia. En la página del Ministerio de Trabajo de la Nación no sólo no figuran datos sobre la cantidad de trabajadores en esa condición, ni los efectos sobre la salud, sino que tampoco proporcionan datos a quien lo requiera. Existen sin embargo numerosos estudios científicos sobre el ritmo circadiano y su importancia en la regulación de la salud física y psíquica de las personas.

Además, hay varios convenios colectivos que limitan la cantidad de horas que un trabajador nocturno debería cumplir, que en la práctica no se cumplen y en muchos casos se desconocen. La nocturnidad y la turnicidad (o trabajo por turnos) generan un debilitamiento y un deterioro en la salud que no son tenidos en cuenta como un patrón a modificar, pero que deben hacerse cada vez más visibles por diferentes medios. La Organización Internacional del Trabajo, en su recomendación número 178, establece la necesidad de reducir las jornadas de los trabajadores nocturnos y que esta modalidad, a partir de los 40 años, sea de carácter voluntario. (1)

En una investigación, de las pocas que existen en nuestro país, titulada “Trabajo nocturno y por turnos en una empresa recuperada” (2), las investigadoras Marta Panaia y Fabiana Bocchiccio explican que el promedio de horas trabajadas es de 11 horas diarias y “los trabajadores no recuerdan la cantidad de horas que trabajan, se miran, se preguntan entre ellos cuántas horas trabajaron la semana pasada…”

Sin embargo, explican que en este tipo de empresas la percepción de la autoexplotación se ve minimizada por un discurso heroico vinculado con el proceso de recuperación del empleo que implica este tipo de experiencias. La conclusión es rotunda: “Las enfermedades profesionales y accidentes de trabajo derivados de este contexto deben ser vistas como daños asociados directamente y condicionados por la deficiencia y/o inexistencia de un paraguas de contención para estas especificidades producto de un proceso de exclusión social.”

El diputado socialista Alfredo Palacios, expresaba ya a comienzos del siglo XX: "la fatiga del trabajador tiene una relación directa con el medio en que trabaja como los ruidos, el aire viciado, las emanaciones de vapores, etc. Todas esas circunstancias, agregadas a la larga jornada que resta horas al sueño y a la alimentación deficiente, producen un empobrecimiento orgánico, una destrucción progresiva de los tejidos, una verdadera saturación y cansancio, que coloca al organismo en condiciones de mínima”.

Los testimonios recogidos y los estudios citados permiten afirmar que el índice de desempleo es una cifra que no agota la problemática del trabajo; en el cuerpo de los trabajadores nocturnos y por turnos hay signos de una precarización lenta pero evidente, de condiciones insalubres, pero normalizadas y asumidas como naturales.

Consecuencias inerciales de la flexibilización laboral iniciada en la década de los 90’, en el presente de estos trabajadores no se vislumbra cercana la posibilidad de implementar reducciones horarias, o algunas de las directrices de la Organización Internacional del Trabajo. Mientras tanto, se sigue trabajando –como se puede- en el ritmo de la noche.

Gervasio Monchietti

Fuentes de información.

1) Documentos de la Organización Internacional del Trabajo, R-178 Recomendación sobre el trabajo nocturno, 1990.

2) Trabajo nocturno y trabajo por turnos en una empresa recuperada.
Panaia, Marta; Bocchicchio, Fabiana. (Conicet – Instituto Gino Germani)


Otra bibliografía consultada

-Ritmos circadianos: La zona zombi. Publicado en http://pseudopodo.wordpress.com/2007/11/07/ritmos-circadianos-y-iii-la-zona-zombi/

- Análisis de salud en diferentes condiciones de trabajo a través de variables psicológicas y variables biomédicas. Escamilla Castro, J.M.; Domínguez Reina, J.L.; Prieto Tomé, M.T.; Martín Jimenez, C. Publicación sobre Prevención de Riesgos Laborales, España, 2008.


- Bases anatómicas y fisiológicas del sueño, Dr. Rafael I. Aguirre-Navarrete. Revista Ecuatoriana de Neurología Vol. 15, No 2-3, 2007

3 comentarios:

  1. Gervasio, buen tema el del “Trabajo Nocturno”. Le aporto información a mi PC personal, je. Ahora, cuando termine de leerlo me puse a pensar. Si!, de vez en cuando lo hago…pensaba en “trabajos nocturnos” y salieron a luz los siguientes: Panaderos, enfermeros, médicos de guardia, vigiladores, camioneros, trabajadores/as sexuales, serenos, basureros, mozos y hasta acá llego mi lista. Seguramente hay muchos más. Después que hice esa recopilación mental me dije: Guau!!! ¡Cuánto ritmo hay en la noche!...es decir, mientras dormimos, un mundo laboral se sigue desarrollando en paralelo a nuestros sueños.
    Y a decir verdad, también me sucedió que cuando termine de leer digo: ¿qué opino sobre este tema al haber opinado de tantos?... y fue así que me puse a buscar cosas en el infinito mundo de Google. En este sentido, quería encontrar “opiniones de la gente”..y las encontré.
    Por eso aquí dejo 3 enlaces que pueden sumar a tu muy buena investigación, y reiteró, mi idea era exponer opiniones. Por esto, en el primer enlace se pueden encontrar opiniones interesantes de gente que trabaja de noche y hay dos enlaces más con información complementaría, así que los invitó a leer las opiniones y demás enlaces:
    http://redaccion1.bligoo.com.ar/trabajo-nocturno-data#content-top
    ver enlaces en bligoo en la argumentación de Gervasio.

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  2. No hay conceptualización sólida que pueda definir a este texto como argumentativo. Es una buena nota.
    Tomá las conclusiones que exponés en el informe y redactá con esos conceptos la argumentación siguiendo una estructura secuencial.
    Si lo necesitás, mandá la planificación a mi correo anets de ponerte a escribir.

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  3. Está mejor pero sigue habiendo información em demasía, que podrías trabajarla como nodos, y poca conceptualización en relación a ella.
    Las citas son demasiado extensas. Sobre todo si tenemos en cuenta lo dicho anteriormente sobre los conceptos.
    Seguimos el año próximo.

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